Mejillones en escabeche
Mejillones
Aceite de oliva
Pimentón dulce
Ajos
Cebollas
Laurel
Pimienta en grano
Vinagre de vino
Vino blanco
En una cazuela se echa un
chorro de vino blanco y los mejillones, se pone al fuego fuerte, y se tapa hasta que estos
se abren, se retira del fuego y se sacan los mejillones, conservando el líquido
que soltaron, que se cuela con un colador de tela. Cuando los mejillones se
atemperaron un poco, se sacan de las conchas, y se les cortan las barbas, que
les quedan a algunos. Se deben conservar en el líquido caliente que soltaron. A
veces los conservo en un tarro tapado en el frigorífico hasta el día siguiente.
Es importante conservarlos en el líquido para que no se sequen, y no debemos
preocuparnos si algunos no estan muy hechos.
En una olla baja con aceite de oliva se echa un par
de hojas de laurel, varios ajos fileteados, cebolla en juliana, y unos granos
de pimienta y se pone a freir.
Cuando la
cebolla está blanda, se retira del fuego y se deja enfriar, y al templarse, se
añade una buena cucharada de pimentón
y un buen chorro de vinagre
Aproximadamente, igual
cantidad que de aceite. (El enfriar antes de añadir el pimentón y el vinagre,
es para dos cosas, que no se queme el pimentón, y que al incorporar el vinagre,
no salte). Se deja reducir a fuego fuerte hasta que el vinagre reduzca a la
mitad aproximadamente, en este momento se añaden los mejillones y un poco del
líquido, se deja que arranque el hervor y se retira del fuego.
Se deja enfriar. Está mejor
de un día para otro. Dado que es un escabeche se puede conservar varios días, y
en la nevera una semana. Yo no le echo sal, ya que el líquido de los
mejillones, tiene suficiente.
Se sirve como entrante frío.
Yo lo acompañaría con “Abadía
de San Campio” frío, y escuchando la canción de Milladoiro, “Axeitame as polaiñas”
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